Escupiendo la sopa

Saturday, August 15, 2009

Mientras oigo como un hombre grita y faja a una mujer en el piso de arriba, tomo el libro de tapa amarilla que se sirve sobre el escritorio y hago el intento de leer. Se oyen portazos, corridas, objetos que caen y retumban en mi techo. Gritos de la mujer, no me pegues más grita, y el tipo le dice que se calle, que la corte, y ella sigue hablando en voz alta, pega con la lengua, loco de mierda, hijo de puta, cagón, el tipo golpea las puertas. Aparece otra voz, también de una mujer, pero más joven. Terminala dice, pero no lo nombra, nadie lo nombra, el tipo vuelve a arremeter, una nueva corrida, otro grito, llantos, el tipo grita más fuerte, vidrios de rompen, una ventana, se cae una silla. Continúan las discusiones, yo ya me olvido del libro, de que tengo que leer, qué te crees loco de mierda, dice le mujer, dale matame dice el tipo, puta, vayansé para allá, te odio hija de puta, las odio, golpes, cosas que se caen, corridas. Tas loca. Las palabras cada vez menos moduladas, fundidas en un grito común, brutalidad primitiva, monólogo, silencio. El estómago vació resuena, tengo hambre, pienso. Agarro el libro, lo abro, leo: “estiró el instante más y luego un poco más esperando que sus primos respondieran…” Cierro el libro, lo apoyo sobre el escritorio. Oigo la palabra mamá, tas loca mamá. Basta mamá, forro, basta mamá, basta.