la oigo llegar como un estruendo,
tristeza de otro dentro de uno,
de las que llegan para quedarse un rato,
un inquilino que rompe casas,
unos días, unos meses.
para restarle importancia
pienso enseguida en el cosmos,
en la inconmensurabilidad,
en que es un milagro que lo humano exista,
y que en la vastedad del universo
la materia haya configurado este cuerpo,
el mío,
y todos los anteriores,
el de la mujer.
y que es milagroso también que ese pedazo de materia
piense
que piense y tenga memoria.
algo se mueve en la pared
miro una babosa contorsionándose en la pared
sin apuro
sin memoria
mientras cae la lluvia
y suena un arpa y un piano,
y meto en mi boca un trozo de milanesa
con ensalada de zanahoria tomate y huevo
y miro el cielo plomizo
las gotas explotando contra el vidrio
formando hilos que mueren en la canaleta
miro las plantas que ondulan en el patio
como suspirando
la tierra húmeda
visto desde ese plano
todo es milagro
también esta tristeza
pero eso no detiene nada
me canso y me paro
y bailo solo
bailo mirando mi sobra
como los japoneses,
bailo con mi sombra,
con los muertos
míos o no míos
no importa
los muertos son de quien los encuentre
muertos
bailo con ojos cerrados
y huelo
la tierra húmeda
el aire empapado
pesado
bailo descalzo
arrastrando apenas los píes sobre el piso de madera
alzo los brazos
ondulo las manos
como si también respiraran
como si mi sombra bailara conmigo
ya no pienso
doy una vuelta
me siento una bailarina
un bailarín
creo por un instante que bailo genial
levanto una pierna,
quiebro la cadera
simulo caer
pero no
las rodillas me sostienen
tiemblan
siento un poco de lucidez
Labels: poesia
1 Comments:
Por fin volviste che. Aún espero tu visita (para mí sin manteca por favor).
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