El gato del vecino
Permanezco en la cama. Detrás de la ventana el día es tan gris que no vale la pena levantarse. En la medianera de la terraza que da a los negros tejados de las casas contiguas, aparece el Gato. No cualquier gato, sino el de siempre, al que de un tiempo a esta parte, le tengo un mínimo afecto por haberse convertido en mi enemigo, por estar siempre a mi estatura, o perdón, debo admitirlo, siempre un poco más alto.
Es negro en el lomo, blanco en la panza y también en la punta de las patas. Él no me ve, yo lo vigilo. Echa un vistazo, se adelanta unos pasitos, desconfiado, levanta la patita, está a punto de entrar en mi territorio. Voy muy despacio hacia la puerta, giro lentamente la llave para que no oiga, bajo el picaporte suavemente, entorno la puerta, cuento en silencio..................; ¡zás!, salgo corriendo como un perro en busca de su presa. Lo veo de culo, salta ligero a la medianera, y se escapa. Llego a la pared, ya está lejos, se da vuelta y me mira, sabe que ganó de nuevo y se queda mirándome con una sonrisa en el hocico; me provoca. Me trepo apenas al tejado, es peligroso por la llovizna. Recién ahí deja de mirarme y trota un poco más hasta posarse debajo del techito del altillo del vecino. Bajo del tejado, busco unas piedras por la terraza, y empiezan a caer gotas más gruesas. Encuentro un trozo de ladrillo, le apunto, tiro y fallo, como siempre. El Gato parece divertido; vuelve a observarme, consigue hacerme sentir patético; se aleja.
Labels: cuentos cortos
2 Comments:
de aca al cine.
quiero una pelicula by vos. ya.
la necesitamos
quiero estrenarla . quiero actuarla . quiero todo.
vos sos todo.
:)
exquisito!
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